¿Qué es un fondo cotizado?
Un fondo cotizado es un producto de inversión colectiva que también aparece designado con las siglas ETF (Exchange-Traded Funds). Su función es reproducir el comportamiento de los activos que forman parte de un índice bursátil. Actualmente son una referencia dentro del mercado y para los inversores de diferentes sectores.
¿En qué se diferencian de los fondos de inversión habituales?
El fondo cotizado mantiene algunas similitudes con el fondo de inversión habitual, pero son productos distintos. El ETF también puede operar con diferentes activos, pero funciona del mismo modo que las acciones y dentro del mercado actúa como un valor que se puede comprar y vender en cualquier momento y que sobre todo, se actualiza en tiempo real. Esto no ocurre en el fondo de inversión que tiene un valor determinado por el cierre de mercado.
Otra diferencia respecto a los fondos habituales es que las comisiones que generan son menores. Esto ocurre porque los gestores no ocupan un lugar destacado dentro de los ETF que funcionan con la gestión pasiva, que es un sistema que reduce considerablemente las funciones de los administradores que únicamente crean o replican nuevos índices. También funcionan de un modo diferente en la forma de invertir en acciones. Los fondos cotizados suelen operar en carteras muy diversificadas realizando solo una transacción.
¿Cuántos fondos cotizados se pueden encontrar?
El mercado ofrece una amplia variedad de ETF. Muchos de ellos replican el comportamiento de índices de renta fija de todo tipo de materias tanto a nivel nacional como regional. También existen los Fondos Cotizados inversos que operan de tal forma que el inversor obtiene beneficios cuando los índices bajan.
Algunos fondos cotizados son muy populares entre los inversores. El motivo es que replican índices de renta variable de la talla del DAX30 o el IBEX35 que forman parte de los mercados bursátiles más prestigiosos del mundo.
¿Por qué atraen a los inversores?
El fondo cotizado es un producto que ofrece diferentes ventajas. La primera es que con una acción el operador accede a una cesta de valores muy diversa que reproduce el comportamiento de un mercado. Este hecho provoca que con un ETF el inversor ahorre tiempo ya que no tiene que estar comprando y vendiendo acciones.
Al operar con este tipo de fondos los inversores pueden saber los cambios de valor que experimentan las acciones. Los ETF también tienen un coste menor que el de otros fondos porque los gastos de gestión, rembolso y suscripción son más bajos. Pero el aspecto que resulta más atractivo es la ventaja fiscal que ofrecen ya que a los beneficios que generan se les aplica el régimen de las acciones quedando libres de las retenciones.
¿Qué contratiempos ofrecen?
Aunque en líneas generales los costes de los fondos cotizados son menores, sí hay que abonar una comisión de compraventa después de cada operación. Además, sus participaciones no se pueden traspasar: para hacer cualquier modificación hay que vender el ETF, abonar una plusvalía, abrir otro y pagar la correspondiente comisión de compraventa.