¿Qué es el Cash Flow por acción?
El Cash Flow por acción (CFA) indica cuales son los fondos que genera una empresa por cada una de sus acciones. Para averiguarlo hay que sumar el beneficio neto de esa entidad a las amortizaciones y dividir ese resultado entre el número total de acciones de esa compañía. Este concepto se traduce como flujo de caja y se suele emplear para medir los beneficios que genera una compañía en cada acción.
Cuanto más elevado sea el Cash Flow por acción más valdrá ese título y será más atractivo en el mercado. Aunque también se puede dar el caso contrario y presentar un CFA bajo por acción. Esto indicaría que los socios de esa compañía apenas reciben beneficios y por lo tanto sería una entidad en la que en principio no es interesante invertir.
¿Para qué sirve el CFA?
Muchos inversores utilizan el Cash Flow por acción como medida bursátil ya que aporta datos sobre los ingresos que recibe una compañía por el desempeño de sus actividades, por la puesta en marcha de sus proyectos o por las diferentes asociaciones que lleva a cabo para lograr financiación. Esta información cuantitativa indica si es recomendable invertir en acciones de esa empresa.
El CFA también se puede utilizar para averiguar que flujos de dinero corresponden a cada socio en base a las acciones de las que son propietarios. El motivo es que el Cash Flow por acción se divide entre el número total de acciones, ese resultado indica el dinero que corresponde a cada acción y con saber la cantidad de títulos que tiene cada propietario se puede averiguar cuál es el flujo de dinero que ha obtenido.
El gran inconveniente del Cash Flow por acción es que medir los flujos de caja de una empresa resulta muy complejo. Esto hace que los inversores suelan tener en cuenta otros ratios antes de acudir al CFA, aunque cualquier información relacionada con el mercado puede ser útil para anticiparse a sus movimientos.