Una de las ideas fundamentales que dan sentido a las Bolsas es la transparencia y la limpieza de información de las compañías cotizadas. Los reguladores bursátiles, como la CNMV española, la FCA británica o la SEC americana, ponen mucha atención en velar por que las empresas cotizadas ofrezcan toda la información necesaria a los accionistas e inversores, tratando de evitar a toda costa que se den capítulos “extraños” o “poco transparentes”, lo que por desgracia, es inevitable.
En los últimos años y sin ir más lejos, en la Bolsa española hemos tenido varios escándalos de empresas que, de pronto, han tenido serios problemas (y hasta quiebras), por tener una contabilidad fraudulenta o haber conseguido evitar estos controles de transparencia (Gowex, Pescanova, Popular…).
De hecho, los reguladores, ante la más mínima sospecha, suspenden de cotización un título, aplicando el principio de asimetría de la información. Es decir: cuando existen indicios de que hay informaciones que no son disponibles para una parte de los inversores.
Presentación de resultados trimestrales
Una de las máximas de aplicación para las compañías que cotizan en la mayoría de Bolsas es que deben presentar sus resultados trimestrales cuatro veces al año (tantas como trimestres tienen el ejercicio).
De esa forma, los inversores se van haciendo una idea puntual de cómo están evolucionando los negocios de la compañía, pudiendo acceder a la información más completa y actualizada. Y más que los inversores, aquí juegan un papel fundamental los analistas, que son los encargados de estudiar y analizar dichos resultados y sacar unas conclusiones sencillas, resumidas, y fáciles de entender para la comunidad inversores, que tomará sus decisiones de inversión guiada en gran medida por las recomendaciones de estos analistas.
Normalmente, los resultados empresariales de las compañías europeas y americanas se publican al mismo tiempo. Podríamos hablar, como una aproximación, de que el grueso se compañías a ambos lados del Atlántico, hacen públicas sus cuentas durante 4-6 semanas cada trimestre.
Los resultados del primer trimestre del año se suelen publicar desde mediados de abril hasta finales de mayo; los del segundo trimestre del año, desde mediados de julio a finales de agosto; los del tercer trimestre desde mediados de octubre a finales de noviembre, y los del último trimestre del año, desde mediados de enero a finales de febrero.
Cómo afecta a las bolsas la publicación de resultados
Estos períodos (un mes y medio al trimestre aproximadamente), tienden a ser mucho más volátiles que la media, al experimentar los índices bursátiles movimientos más potentes. La reacción de la cotización de las acciones a la publicación del resultado trimestral del ejercicio, en una especie de foto de cómo ha evolucionado el negocio durante los últimos tres meses, es en muchos casos, contundente. Y obviamente, dichas oscilaciones en el precio de las acciones, condiciona absolutamente el movimiento de los índices dónde dichas empresas cotizan.
Además, cuando una empresa publica sus resultados trimestrales, también suele hacer valoraciones sobre sus perspectivas de futuro. Según la tendencia con la que ha evolucionado el negocio en los últimos meses, las empresas van actualizando unas guías o previsiones de cómo serán los próximos, lo que maximiza la importancia de la información suministrada.
En próximos posts seguiremos profundizando en el tema de las campañas de presentación de resultados.