Bajos tipos de interés y la inversión en 2020

Los bajos tipos de interés son los protagonistas del pasado, presente y futuro de nuestro país y los de su entorno. Es normal, por otro lado, que te preguntes cómo afecta esta circunstancia a tu economía doméstica. Pero, sobre todo, al capítulo de tu presupuesto que tiene que ver con las inversiones.

Sin duda, esta política tiene unos efectos que, si bien ya se han comprobado, vale la pena poner en valor de cara a los próximos tiempos. Un curso de bolsa gratis, por otro lado, te puede ayudar a valorar cómo afrontar este contexto. Presta atención.

Los tipos de interés siguen bajos

Los tipos de interés bajos se han convertido en la dinámica habitual en el mundo occidental prácticamente desde la crisis económica cuyo comienzo podemos hacer coincidir con la quiebra de Lehman Brothers.

Vivimos en un planeta con economías interconectadas y algunos países, como el nuestro, incluso comparten la misma divisa con otros. Por consiguiente, las medidas monetarias que influyen en los tipos de interés tienen un alcance global y no pueden ser modificadas según el contexto propio de cada Estado.

En nuestro caso, son de aplicación las del Banco Central Europeo (BCE) que preside Mario Draghi. Este dirigente ya recalcó en 2012 que su mandato iría encaminado a hacer todo lo posible por salvar el euro. Así que el énfasis principal de la institución se centra en la contención de los precios a partir de unos tipos de interés bajos.

Unos tipos de interés que, de hecho, han llegado en los últimos años a mínimos históricos. Las expectativas de las caídas moderadas del crecimiento en los países de la Unión Europea desaconsejan cambiar esta política de tipos de interés.

Además, hemos de destacar que los efectos combinados de otros fenómenos sociopolíticos, como el descenso de la confianza en la libra esterlina provocado por el Brexit y la impredecible salida de la crisis ocasionada por el coronavirus, no contribuyen a dar un cambio de rumbo a la bajada del precio del dinero.

Apuesta por la renta variable

Por consiguiente, esta coyuntura no implica grandes márgenes de beneficio relativos a las inversiones. Incluso el mercado inmobiliario, uno de los que más aprovechan los tipos de interés, ha comenzado a dar algunos síntomas de estar agotándose. Llevaba años de crecimiento y éste se estaba ralentizando.

Así que la obtención de ganancias inversores, vistos los escasos réditos de la renta fija, se desplaza a los productos de renta variable. A continuación te damos algunas sugerencias para buscar este tipo de oportunidades. Toma nota de ellas.

Apostar por la renta variable significa hacerlo por activos que tienen un mayor riesgo. Por ejemplo, una opción puede ser llevar a cabo las inversiones en la deuda corporativa o de los mercados emergentes. Una alternativa interesante, una vez que vaya desapareciendo la tensión generada por el Brexit y el COVID-19, es invertir en las baratas acciones de Reino Unido. Cuentan con un buen desglose sectorial y un rendimiento del 5 %.

La inversión en el reparto de dividendos empresariales es una buena manera de justificar los riesgos propios de la renta variable. Y no olvides, por último, que las innovaciones en tecnología y seguridad van a cotizar al alza.

En definitiva, los bajos tipos de interés van a seguir marcando nuestra cartera de inversiones.

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