Hay un problema muy habitual en el mundo del trading. Un trader puede estar en posesión de todos los indicadores, identificar las señales y conocer las mejores tácticas para optimizar los resultados de sus inversiones. Sin embargo, a la hora de la verdad, se deja llevar por sus emociones. Es en este punto cuando el psicotrading puede ser realmente útil. Aquí queremos explicar qué es y cómo puede ayudarte a elegir siempre de forma adecuada.

Psicotrading: definición

Como su propio nombre indica, es una disciplina que trata de aplicar la psicología al universo del trading, es decir, de la inversión en los mercados. Pero ¿con qué propósito? Fundamentalmente, brindarte un sistema de gestión emocional que te permita tomar las decisiones que necesitas sin dejarte llevar por tus sentimientos.

En este mundillo hay una máxima que debes grabar a fuego en tu mente: la eficiencia se reduce de forma proporcional conforme crece el nivel de emocionalidad. Por ello, es de vital importancia conocer cómo es el perfil inversor en España. De hecho, los traders novatos suelen relacionar sus sensaciones cuando pierden y cuando ganan con las apuestas deportivas. En el primer caso, invierten impulsivamente dejando a un lado los indicadores de trading con el propósito de recuperar rápidamente las pérdidas. En el segundo, asumen demasiados riesgos creyendo que están ante una racha de suerte. Pero aquí la fortuna no existe.

¿Cómo trabaja el psicotrading la gestión emocional?

Como decíamos, no hay mayor enemigo de un inversor que sus propias emociones. En este sentido, puede servirte tanto para identificarlas como para gestionarlas de la forma adecuada.

No te equivoques. A lo largo de toda tu etapa como trader vas a experimentar avaricia, miedo, euforia y esperanza (no tiene por qué ser en ese orden). Algo curioso es que los dos últimos son sentimientos positivos. Sin embargo, para un inversor, son tan peligrosos o más que los negativos. Nunca debes dejar que te lleven a hacer cosas estúpidas. Pero ¿cómo? Vamos a verlo:

• Avaricia. Se asocia a una visión poco realista del mercado que da como resultado la pérdida de dinero debida a la ambición desmedida. Suele originarse a partir del pensamiento de «podría ganar más», lo que acaba haciendo que inviertas por encima de tus posibilidades.
• Miedo. Es lo primero que sientes al empezar a invertir. Se divide en dos fases: miedo primario (incertidumbre, dudas, pesimismo, etc.) y miedo secundario. Este último aparece como consecuencia de una experiencia negativa, es decir, por culpa de una inversión fallida. Provoca impotencia y una sensación excesiva de riesgo.
• Euforia. Surge siempre tras realizar una o varias operaciones exitosas y conlleva el descuido del proceso de análisis. Esto incrementa el riesgo y, por tanto, las probabilidades de que las futuras inversiones conlleven pérdidas. Debes tener en mente que el beneficio obtenido es tu salario y que te ha costado mucho tiempo y esfuerzo obtenerlo. Date un capricho, por otro lado, pero no hagas una apuesta con pocas posibilidades de éxito.
• Esperanza. No tiene por qué suponer un problema siempre que no derive en una expectativa utópica. Aparece en el mismo momento en el que una operación empieza a dar pérdidas. «Es un buen activo, tiene que remontar». Pero no tiene por qué ser así. Debes hacer caso a los indicadores.

Seguro que, en alguna ocasión, has sentido una o varias de esas emociones si ya has empezado a invertir. De hecho, es probable que te hayan llevado a tomar alguna mala decisión. Por ello, es importante que compatibilices tu formación en los mercados con el aprendizaje de técnicas psicotrading que te ayuden a gestionar mejor tus emociones. Suscríbete al Club BPT y no lo dejes para más tarde.