En el último post empezamos a hablar de uno de los eventos más importantes que se producen en los mercados, y que tienen una mayor capacidad de impacto sobre las cotizaciones en el corto plazo: las temporadas de presentación de resultados empresariales.
Hoy seguiremos desvelando más información sobre este tipo de eventos, que a ningún trader le pueden pasar desapercibidos.
Leer los resultados siempre en términos relativos
Una de las cuestiones que debemos de tener presentes es que, al igual que ocurre con la publicación de los datos macroeconómicos, los resultados empresariales son leídos en términos relativos, y no absolutos. Es decir: lo importante y lo que realmente provoca el movimiento de las acciones (y por tanto, de los índices bursátiles), no está en el que los resultados sean buenos o malos, si no en si son “mejores” o “peores” de lo esperado. Así, una empresa que publica pérdidas, o una caída del beneficio muy pronunciada respecto al año anterior, podría tener una fuerte subida si resulta que esos resultados están muy por encima de lo que el mercado esperaba.
Cuando hablamos de lo que “el mercado esperaba”, nos referimos a las expectativas del consenso de analistas; es decir, a la media de las previsiones que los analistas que siguen esa compañía tienen sobre los resultados a presentar.
El efecto Tom Sawyer
Sobre este asunto, vale la pena comentar algo muy típico en bolsa, y que recibe el nombre de “el efecto Tom Sawyer”. Básicamente consiste en que las propias compañías tienden a mostrarse extraordinariamente prudentes, incluso, negativas, en sus guías o previsiones sobre la evolución de sus negocios, para que resulte más fácil conseguir resultados que superen dichas expectativas o previsiones, y el movimiento de la acción tienda a ser positivo.
Este fenómeno es especialmente visible en las acciones americanas. De hecho, es típico que las temporadas de presentación de resultados empresariales en Wall Street terminen con un 65-70% de las empresas batiendo las previsiones del mercado, siendo mucho más comunes las sorpresas positivas que las negativas.
Beneficios y ventas
Otra cuestión a puntualizar está en que, normalmente, los analistas e inversores se fijan principalmente en dos métricas de las compañías: los beneficios y las ventas. En la jerga de los analistas, a lo primero se le conoce como bottom line, y a lo primero como top line.
Los beneficios son la plasmación de la actividad final de la empresa, y el dato más visible. La cifra de beneficios está muchas veces desdibujada por cuestiones extraordinarias, que no reflejan la evolución normalizada del negocio de las compañías. Por ello, muchas veces los analistas se fijan más en el Ebitda sin extraordinarios, que viene a ser el resultado antes de intereses, impuestos, depreciaciones y amortizaciones, que ofrece una idea más fiel de la pura actividad industrial de la compañía.
También son muy importantes los ingresos o las ventas, y no sólo el beneficio. Una empresa podría estar incrementando sus beneficios a base de reducir los gastos y con una caída de las ventas, lo cual, a medio plazo, no resulta muy sostenible.
Seguiremos comentando más cuestiones relativas a las presentaciones trimestrales de resultados en próximos posts. Insistimos que, en estos momentos de mercado, el repunte de la volatilidad y de los rangos de movimientos de acciones e índices está prácticamente garantizado.